Pocos títulos han dividido tanto la opinión de los jugadores como Death Stranding; algunos lo adoran, otros no entienden cómo un "simulador de andar" puede tener tantos adeptos. Sea cual sea tu opinión, lo que es innegable es que lo último de Hideo Kojima es un videojuego muy especial; y si pensabas que la idea ya no daba para más lo que te puedo decir tras viajar a las oficinas de Kojima Productions en Japón para disfrutar de cerca de 30 horas de juego es que su esperadísima secuela, Death Stranding 2: On the Beach, es mucho más grande, espectacular y variada de lo que lo fue el original; y ya desde el mismo arranque te muestra que su intención no es simplemente repetir lo que ya conocías, sino ampliar y mejorar las opciones al alcance de Sam Porter Bridges. Os traemos nuestra opinión, que también podéis disfrutar en la página de nuestros compañeros de 3DJuegos Latam. El propio Kojima compara el salto que da con el que dio entre Metal Gear Solid y MGS2.
"El primero era un juego de repartidor que nadie había visto antes, así que entiendo que la gente pudiera sentirse frustrada", nos contó Kojima. "Pero en esta ocasión la gente ya está más familiarizada con la idea, así que queríamos dar más libertad al jugador". Por esa misma razón nada más empezar el juego ya tienes a tu alcance un buen puñado de armas, vehículos y otros gadgets con los que empezar a explorar su increíble mundo postapocalíptico eligiendo tu propio camino. La historia nos sitúa 11 meses después de los acontecimientos del primer Death Stranding, ya lejos de Estados Unidos, en tierras mexicanas. Ya te aviso que el cambio va muchísimo más allá de lo puramente estético.
Un juego que no deja de impresionar
Como todo juego de Kojima que se precie, el arranque de esta nueva aventura es absolutamente espectacular. El artista japonés y su equipo son maestros a la hora de crear momentos inolvidables y esos primeros pasos a través de la frontera de Estados Unidos con México son el mejor ejemplo. Las cinemáticas, la música, el desafío al que nos enfrenta o la puesta en escena confluyen de tal manera que Death Stranding 2 te atrapa sin remedio. Y esto no es más que el principio, porque de forma constante, pero muy intensa, este exclusivo de PS5 te va sorprendiendo con nuevas mecánicas y retos que no estaban presentes en el primer título.
Kojima compara el salto que da con el que dio entre Metal Gear Solid y MGS2
Hablo por ejemplo de las lluvias torrenciales, capaces de crear riadas que se lo lleven todo por delante; o terremotos impredecibles que alteran el propio escenario por el que nos movemos. Incluso el ciclo de día y noche juega un papel clave en cómo nos enfrentamos a la acción, lo que unido al renovado arsenal de armas y las muchas opciones de personalización con las que contamos, acrecientan la sensación de que Death Stranding 2 se parece más a un Metal Gear Solid de mundo abierto que al juego que conocimos en 2019. Y no me cansaré de repetirlo pero esto no es más que el arranque de una aventura que esconde mucho más de lo que aparenta a simple vista. Hay por ejemplo otros eventos climáticos como impresionantes tormentas de arena y peligrosos incendios que de la misma forma, nos van a obligar a adaptar nuestra forma de jugar. Os recomendamos ver el gameplay de nuestros compañeros de 3DJuegos Latam en YouTube.
Aquí el motor gráfico de Guerrilla, el Decima Engine, demuestra una vez más que es una herramienta de trabajo increíblemente poderosa. Todo se ve de escándalo con una escala y variedad de escenarios impresionante; nada que ver con lo que vimos en la entrega original. Pero esto mismo se aplica al modelado y animaciones de los protagonistas, o a los efectos de iluminación y partículas, que te meten por completo en esta experiencia de supervivencia y sigilo. Quiero hacer un alto aquí para hablaros también de las sensaciones con el DualSense, porque de alguna forma, la experiencia es igual de impactante y sorpresiva como la primera vez que probaste los efectos hápticos en Astro's Playroom. Caminar por la arena, sentir el agua en tus manos, las acometidas del viento o los terremotos; todo afecta de una forma realista a las vibraciones que transmite el mando en tus manos.

Death Stranding 2 se vuelca en la acción
Aunque indudablemente hablamos de un juego más grande y ambicioso, el objetivo final en Death Stranding 2 no es muy distinto al de su antecesor. La idea de reconectar ciudades y hacer entregas sigue siendo la base sobre la que se cimenta la acción del juego de Kojima, solo que en esta ocasión tienes mucho más por hacer en el proceso. De entrada parece que hay más campamentos enemigos a los que enfrentarse, lo que está genial porque ahora pelear es infinitamente más divertido y puedes hacerlo sin abandonar el sigilo. Ya desde el principio podrás usar una versión mejorada de la pistola eléctrica Maser Gun que conocimos en la Director's Cut de Death Stranding, además de recibir planos para crear tus propios rifles de asalto con las modificaciones que desees.
Death Stranding 2 transmite muy bien la sensación de progreso constante
A medida que juegues irás desbloqueando nuevas armas como una pistola con silenciador, u otras tantas no letales, lo que de nuevo incide en esa apuesta por un estilo de acción cercano a Metal Gear Solid. Tu arsenal incluye también rifles de precisión, escopetas, abundantes ametralladoras, etc. Armas que puedes poner a prueba en un simulador VR que, de nuevo, recuerda a los buenos tiempos de las aventuras de Solid Snake. Mención aparte para los enemigos, que paulatinamente se irán volviendo más y más fuertes hasta el punto de ser inmunes a cierto tipo de armas. Los hay humanos, acorazados y por supuesto los sombríos BTs, que vienen acompañados de grandes sorpresas y nuevas amenazas que requieren usar técnicas de combate únicas.

En líneas generales los tiroteos son similares a los del juego original, pero todo funciona de manera más fluida y cuentas con muchas más opciones para desatar tu furia o escapar de los problemas. Las batallas contra jefes han pegado un gran salto adelante, y por fin ahora tienen ese elemento de épica y emoción que tanto se echó de menos en el original. No quiero entrar en spoilers pero hay también otras secuencias de batalla, muy en la línea de las que vimos con la temática de la Primera Guerra Mundial de Death Stranding, que son una absoluta barbaridad.
Por otro lado, Death Stranding 2 transmite muy bien la sensación de progreso constante. Todo el rato andas desbloqueando cosas, nuevas armas, objetos o mejoras (los APAS Enhancements), que cada vez que subes de nivel la red quiral te permiten potenciar ciertos atributos de Sam Bridges dedicados al combate, la infiltración, la exploración o hasta predicciones climáticas. En definitiva, como decía, hay muchas más opciones para personalizar tu experiencia de juego y estas llegan casi de inmediato, para que no tengas que esperar una eternidad en poder usar los módulos de tu traje y mochila, por ejemplo. Hablando de tu "equipaje", hay otros avances muy agradecidos como la posibilidad de quitarte la mochila en cualquier momento para entrar en los combates más ligeros y sin riesgo de estropear la carga.

Una historia digna de Kojima
Sin ánimo de entrar en spoilers, solo quiero apuntar que las 30 horas de partida que eché se me pasaron volando. Tal vez el punto más impactante de este nuevo relato es que la acción no se centra solo en México sino que, pronto, descubriremos una especie de portal que podrá llevarnos también a Australia. Hablamos por tanto de dos mapas gigantescos con sus propios desafíos, climatología y enemigos únicos. Para cuando llegas a Australia, Sam ya forma parte de la tripulación de la DHV Magellan, la espectacular nave con la que podemos viajar por todo el mundo y que es parte de una nueva organización llamada Drawbridge, a la que pertenece Fragile.
Tendremos incluso la opción de montar armas sobre los vehículos
Como ya se especulaba desde el mismo momento que vimos la nave, esta actuará como una base móvil en la que podremos personalizar todo nuestro equipo, crear nuevas armas, descansar y por supuesto, usar el "viaje rápido" para explorar las zonas que ya hayamos conectado; lo que por cierto hace más fácil regresar a mapas ya visitados. Por supuesto Sam podrá hacer uso de otros vehículos, muchos de los cuales ya vimos en la Director's Cut del original; pero en esta ocasión tendremos incluso la opción de montar armas sobre estos vehículos para enfrentarnos al combate de una forma más espectacular y rimbombante. Y otro detalle que me encanta: una nueva red de monorrieles ideal para transportar cargas pesadas de un lado para otro; o las minas, que una vez hemos liberado van a permitir a nuestros aliados obtener recursos.

Siendo muy parecida al primer Death Stranding, esta secuela propone tantas nuevas formas de afrontar su acción que es un placer perderse por sus increíbles paisajes naturales. Y ojo, que en Australia te puedes topar incluso con animales salvajes (hay misiones de rescate) que si matas por accidente, te costará una considerable suma de 'likes'. En definitiva, hay una mayor variedad de misiones, los nuevos protagonistas tienen la fuerza y el carisma como para conquistarte de inmediato y a la hora de jugar, te sientes mucho más libre para actuar como te plazca; ya sea usando la fuerza bruta o emulando a Snake en la saga Metal Gear. Y por todo ello me resulta tan difícil no emocionarme con lo nuevo de Kojima.
Aún después del viaje sigo emocionándome cada vez que recuerdo algunos de los momentos álgidos de su historia, y aunque su acción me ha recordado más que nunca a un Metal Gear Solid de mundo abierto, en el fondo sigue sintiéndose único, especial, como lo fue el primer Death Stranding. Así que con estas bases, lo único que me queda es esperar al 26 de junio para descubrir cómo acaba una historia que me tiene absolutamente cautivado. Si creías que una secuela no tenía sentido, prepárate porque nos espera otro de esos viajes inolvidables.
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